Obtusas Casualidades

Caminar por la ciudad es casi un rito habitual para evadirme, buscando rostros ajenos, viajando a través de sus facciones para intrometerme en sus vidas sin que me descubran, sin recordarme ni yo a ellos.El cielo esta lleno de nubes rosadas... ¡OH, nubes rosadas! Hay olor a lluvia y mi nariz esta fría, sintiendo esa incomoda sensación de respirar el aire demasiado fresco. Hay escapes, pequeños paisajes en los rostros de las personas que sonríen, y trato de alcanzarlos, pero es demasiado vago. Me siento en la misma banca y saco la misma marca de cigarrillo y fumo de la misma manera que lo hice ayer, que lo hice antes de ayer, que lo hago siempre. Pienso en una canción y mi cabeza empieza a moverse un poco soñando con Hunter de Bjork es como si los violines penetraran en mi columna y se deslizaran hasta las rodillas y se alojaran para impulsarme a correr entre la gente, el frío, las nubes violetas, llego a la esquina un semáforo en rojo...no lo pienso, sigo corriendo un grito y golpe a tierra.Abro los ojos y estoy tumbada en la cama con el sol inyectándose en mi piel, son las 9 y media, levanto la cabeza y me vuelvo a hundir en la almohada, parpadeos lentos (eternos) mente en blanco (lapso). Enciendo la radio, las coincidencias no existen, comienza a sonar Hunter, sonrío y miro el techo blanco, vacío, abrazo mi cojín....me levanto, me ducho, me visto, agarro las llaves, mi bufanda verde y salgo. Ya estoy afuera, ya respiro aire nuevo. Camino no me importa no tener rumbo, pk sé que algún lugar llegare y de repente... vi unos ojos y una sonrisa, tendría compañía (los ojos y la sonrisa pertenecían a una de esas personas que conoces vagamente, pero suelen ser buena compañía)¿En una mañana de sábado que se podría hacer con un casi desconocido? Al parecer el igual andaba arrancando un poco el del encierro tedioso de los días como hoy. - Te invito a un café- me dijo como para establecernos en algún lugar y fue una buena idea. Él llevaba el diario y me pareció chistoso, recordé cuando era chica y me mandaban a comprar el diario al quiosco de la esquina de la casa. (¿Porqué recordé eso?)Nos sentamos en una mesita del segundo piso que miraba hacia la calle, se veía todo con un color nuevo, me sentía muy cómoda. ¿Quieres? - No, no fumo - me dijo.Me pasó la revista de decoración y vivienda y el se quedo con la revista de los libros, me causo mas risa aun... habíamos ido a leer el diario???? De repente me sentí rara, pero tranquila de no obligarme a tener que decir nada, fue como si de siempre hubiera sido nuestra costumbre hacer eso, estaba paralizada. - Pensé que te gustaba esa revista como te gusta lo del diseño?-me dijo. Me reí mas. Es que necesito alguna música de fondo- le dije, pero en realidad eso también era verdad. Reviso en su bolso y me dijo si me gustaba smoke city, era lo único que andaba trayendo y claro a mí me gustaba así que hable con el hombre que nos atendió y puso el disco. Comenzó a sonar Underwater love y empezamos a hablar del disco, de música, de bandas, de lugares, de gente, de impresiones, de libros, de animales, de comida, de la programación fastidiosa de la señal abierta, del reality show, del invierno, de cómo llegamos ahí, de que a su café le faltaba azúcar y que nos faltaba reírnos más. Se me acabaron los cigarros y eran las 2 15 de las tarde...como paso el tiempo??!! Salimos del lugar y seguimos el mismo rumbo ahora en mi cabeza sonaba hyperballad... lo impredecible se encuentra en una esquina.